5 tips para aliviar el estrés y la ansiedad

Existen formas prácticas y sencillas para gestionar el estrés y la ansiedad en el momento que surgen...
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1

Toma la decisión

El estrés y la ansiedad están tan generalizados hoy en día en Occidente que se han normalizado. Tanto es así, que en determinados entornos estar estresado es sinónimo de “ser productivo”. Por supuesto, esta asociación es falsa, y aparte de la pérdida de productividad que el estrés supone, estamos sometiendo a nuestro organismo a un desgaste excesivo que sólo provoca enfermedades físicas y pérdida de salud mental. Otro factor que ha contribuido a esa aceptación del estrés y la ansiedad es la idea – a menudo inconsciente – de que estar estresados nos hace parecer más importantes, más útiles, más “entregados”… Si esa creencia se encuentra instaurada en nuestra mente, es muy difícil – diría que imposible – salir de ahí. Puedes observar si esto así de muchas maneras. Una muy clara es si te observas hablando a menudo, en tu diálogo interno o con los demás, de “todo lo que tienes que hacer”.

Es un hecho que, con independencia de nuestras circunstancias personales y de la exigencia a la que parece someternos nuestro ritmo de vida y el entorno, está en nuestra mano mucho más de lo que pensamos para gestionar los desafíos de la vida de una forma más saludable y amable. Sin embargo, es imprescindible tomar una decisión firme. Hemos de decidir que sea una prioridad en nuestra vida, dado que todo lo demás (la productividad en nuestro trabajo, la calidad de nuestras relaciones,…) se verá afectado muy positivamente. Podríamos decir que hemos de darnos cuenta de que nos va la vida en ello, también en sentido literal.

2

Sé amable contigo mismo

Una vez has tomado la decisión, es esencial practicar la amabilidad con nosotros mismos. De alguna manera nos hemos ido enredando y ya no sabemos como hemos terminado con ese nivel de estrés, pero no es algo que hayamos elegido conscientemente. Lo único que podemos hacer ahora es des-hacer el lío. Y para ello, nada mejor que empezar dándonos una gran dosis de aceptación, comprensión y cariño. Empezar observando los pensamientos saboteadores y a menudo crueles que se cruzan en nuestra mente y nos maltratan. Esos pensamientos que, expresados de mil maneras diferentes, nos hacen creer que no somos lo suficientemente buenos. ¡No te los creas! O, al menos, permítete empezar a ponerlos en duda. Esto hará que tu nivel de exigencia no alcance niveles absurdos e insalubres.

3

Dedica tiempo a actividades que te nutran

La amabilidad contigo mismo conduce al autocuidado. Siempre debería haber un tiempo para atender lo más importante de tu vida, y eso eres tú. ¿Hace cuánto tiempo que no bailas, cantas o te das un baño relajante con tu música favorita? ¿Acaso crees que no tienes tiempo? ¡Tampoco te lo creas! Ese tiempo que te regalas te recarga, y se convierte en una energía muy poderosa a la hora de llevar a cabo las actividades de tu día a día

4

Gestiona tu tiempo y en lo que decidas estar, estate

Para evitar el boicot del “no tengo tiempo” que mencionamos, resulta muy útil establecer una adecuada gestión del tiempo. Dedicar un ratito a organizar el tiempo que le quieres dedicar a cada actividad para cumplir con tus objetivos – dejando un margen para imprevistos – evita gran parte de las urgencias que generan estrés y ansiedad. Hoy en día existen aplicaciones maravillosas que te pueden facilitar mucho esta gestión. Una vez has organizado el día, sólo has de estar donde has decidido estar, no sólo con tu cuerpo, sino también con tu mente.

5

Practica Mindfulness

La mejor herramienta que conozco para que todo lo anterior se afiance en tu vida: estar donde has decidido estar, dejar ir los pensamientos boicoteadores, aprovechar al máximo el tiempo para que en tu vida quepa lo que realmente es importante para ti, ser amable contigo y con los demás, y vivir una vida en plenitud, sin ansiedad, es la práctica de Mindfulness o Atención Plena. No pierdas la oportunidad de incorporar esta práctica en tu vida, ya que posiblemente sea la mejor decisión que tomarás jamás.

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