¿Cómo mantener la motivación del primer día?

¿Quieres algunos trucos para mantenerte firme en tus propósitos y no desmotivarte? Nosotros te mostramos algunas herramientas que te ayudarán a conseguir tu propósito mientas disfrutas del camino
WhatsApp
Facebook
Twitter
LinkedIn
Email

¿Qué hace que nos cueste tanto establecer nuevas rutinas en nuestro día a día? ¿Por qué dejamos para mañana lo que podemos hacer hoy? Existen multitud de razonas por las cuales el ser humano tiene una tendencia innata a la postergación. La inercia que dirige nuestra vida nos retiene en nuestra zona de confort. ¿Cómo hacer para evitar el amotinamiento de la procrastinación?

Tendemos a exigir inmediatez en nuestras acciones. Pese a que somos conscientes de que las causas y los efectos no siempre van seguidos en el tiempo, esta idea nos continúa desesperando. Y eso entra en conflicto con el hecho de que la perseverancia es un elemento fundamental en la compleja ecuación del éxito.

“La gota horada la roca, no por su fuerza, sino por su constancia”

He conocido personas realmente desesperadas por no saber cómo mantener la motivación, y he encontrado que el esquema es, en la mayoría de los casos, el mismo.

  • Día 1… “Quiero empezar una rutina de meditación. Estoy muy ilusionada. Voy a comenzar ahora mismo y, a partir de ahora, reservaré este ratito todos los días, porque sé que me viene fenomenal.”
  • Día 2… “¡Qué bien! Otro día más que puedo continuar con mi meditación diaria. Ya compré una silla back-jack, y ahora tengo mi sitio preparado para ponerme a ello.”
  • Día 3… “Hoy no me da tiempo a sentarme siquiera. ¡Vaya lío tengo! Bueno, en realidad, un día es un día. Ya lo haré mañana.”
  • Día 4… “Justo cuando me he ido a sentar en mi maravilloso back-jack, me he dado cuenta de que tengo la cocina echa un desastre. Debería recogerla y, en cuanto termine me pongo. Bueno, a lo mejor ya es demasiado tarde, pero mañana sí o sí.”
  • Día 1234… “He encontrado un back-jack en el trastero. Se lo voy a regalar a la tía Eugenia, ¡que a ella sí que le hace falta un poco de meditación!”

Este es un ejemplo relacionado con la meditación, pero el esquema funciona de forma muy similar para cualquier otro tipo de hábito. La buena noticia es que también existe una cura contra el desaliento.

¿Cómo mantener la motivación?

1. De 1 en 1

Pretender contraer más de dos hábitos al mismo tiempo puede ser contraproducente. Los objetivos demasiado exigentes pueden causar desmotivación y, pretendiendo hacer más, terminamos por no hacer nada de lo que nos habíamos propuesto. Por ejemplo, si te has decidido a iniciar una rutina de meditación, no es un buen momento para plantearte empezar una dieta. La fuerza de voluntad tiene límites, así que enfócala en lo más importante. Escoge un sólo propósito, y pasa al siguiente cuando el primero esté asentado.

2. Cuando estás inspirada, no existe la resistencia

La motivación, al igual que la fuerza de voluntad, son elementos efímeros y costosos (energéticamente) a medio y largo plazo. Implican realizar un esfuerzo con un fin. Digamos que funcionan como la “primera marcha” del coche.
La inspiración, en cambio, no implica esfuerzo ni resistencia. No implica fuerza de voluntad. Si estás inspirada, no necesitas nada más. Es por esto pretendemos sustituir la motivación por la inspiración. A través de técnicas como la meditación, conectamos con la fuente de la inspiración y de la creatividad, y el cambio en la rutina se hace más fácil y agradable.

3. Hoy marca la diferencia

A cada instante tomamos decisiones que marcan diferencias en nuestra vida. Recordarnos cada vez que vayamos a emprender la acción que este día – hoy, ahora, eso que voy a hacer – “marca la diferencia”, puede resultar muy empoderador. Porque muchas cosas pequeñas resultan en algo grande y Ahora, en este instante, estás tomando una decisión alineada con tu propósito.

4. Mantener el foco en el propósito

Conocer el por qué y, sobretodo, el para qué, es de gran ayuda para nuestra mente analítica. Una forma útil de mantener el foco en el propósito es hacer un tablero visual. Consiste en plasmar tus objetivos de forma visual, utilizando fotos y cualquier cosa que te inspire, y colocarlo en algún sitio visible para que, día a día, puedas recordar para qué haces lo que haces.
Necesitamos darles sentido a nuestras acciones, o la motivación para realizarlas caerá en picado. Con el paso del tiempo, si no tenemos muy presente nuestro propósito, lo iremos olvidando, hasta encontrar el back-jack en el trastero.

5. Y lo que viene es quizá lo más importante de todo… ¡No te hagas bola!

No existe nada más desmotivador que nuestras propias autocríticas y el látigo con el que nos fustigamos cada vez que nos saltamos la rutina. El castigo no empodera; la paciencia y la autocompasión sí. Puedes llegar a tu destino disfrutando del viaje o por el camino largo y del mal humor.
Con lo que sé ahora, puedo asegurar que ningún objetivo es tan importante como el de tratarse bien.

Compartir
WhatsApp
Facebook
Twitter
LinkedIn
Email
Descubre más

Artículos de interés