¿Estas vacaciones prefieres Des-conectar o Re-conectar?

Estos días, enfoca tus vacaciones más que como un momento en el que desconectar de todo, como una oportunidad de Re-concetar contigo, porque desde esta reconexión te aseguro que disfrutarás plenamente de tus días de vacaciones y la vuelta también será mucho más sencilla y sin grandes dramas ;)
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Nos encontramos inmersos en plena temporada estival y para muchos esto es sinónimo de… ¡vacaciones!

Tras meses de duro trabajo nos disponemos a disfrutar de unos días de “relax “. Sin embargo, a menudo esta intención de relajarnos y disfrutar no siempre se cumple…

Bien sea por la incapacidad de desconectar con el trabajo, por los compromisos familiares, por lo apretado de nuestra agenda durante las vacaciones, por nuestras expectativas al respecto, …lo cierto es que este periodo puede ser igualmente causa de estrés y agotamiento.

Y el principal error, subsanable por otra parte, está en el punto de partida.

Estos días, enfoca tus vacaciones más que como un momento en el que desconectar de todo, como una oportunidad de Re-concetar contigo, porque desde esta reconexión te aseguro que disfrutarás plenamente de tus días de vacaciones y la vuelta también será mucho más sencilla y sin grandes dramas 😉

¿Por qué nos cuesta tanto reconectar?

Antes de las vacaciones, cuando nos encontramos quemados y agotados, “huimos” del momento presente llevando nuestra mente a ese lugar maravilloso al que planeamos ir. Esto nos impide estar en lo que irremediablemente estamos, y no hace más que agudizar el estrés. Puede parecer un alivio de forma inmediata imaginar lo bien que vamos a estar en vacaciones, pero si lo observas te das cuenta de que no es así. Surge más ansiedad, y lo que haces tiene menos calidad.

Dado que normalmente no usamos la estrategia de permanecer presentes, llega un momento en el que nos sentimos completamente agotados, y tenemos la necesidad de “desconectar”. Pero mientras no nos demos cuenta de que la mayor necesidad es desconectar del flujo continuo de pensamientos incesantes, inútiles y repetitivos, nos los llevaremos de vacaciones. Y seguiremos estresados, pero en la playa.

Otro de los aspectos que nos impiden vivir en plenitud o desconectados del estrés, tanto en el periodo laboral como en las vacaciones, es poner nuestra atención en aquello que falta, en vez de en aquello que ya tenemos y de lo que podemos disfrutar.

Recuerdo un viaje en el que llegamos en mini bus desde el aeropuerto al hotel con una pareja. Al llegar, les acomodaron en una habitación que no tenía vistas al mar como habían solicitado. El hotel estaba al 100% de ocupación, así que se pasaron los primeros días en la recepción, tratando de resolver el “problema”, sin deshacer las maletas. No sé si al final pudieron disfrutar algún día de habitación con vistas al mar, y no sé si disfrutaron del mar, en general.

Las tecnologías, y en especial las redes sociales, también desplazan nuestra atención a lo que nos falta, si no las usamos conscientemente. Vemos como algunos afortunados hacen travesías en barco por las Baleares, y nuestro hotel en Calpe pasa a ser un suplicio. Nos fijamos en lo morena que está Fulanita y en que Menganita no tiene celulitis…

Llevarte el estrés de vacaciones, aunque cambie el “contenido” mental y el lugar en el que te encuentras, es aún más frustrante. Llevas semanas queriendo llegar allí, y resulta que no estás tan bien como “deberías”. Y se le añade la autocrítica (más pensamientos inconscientes) acerca de cuánto estás desaprovechando las vacaciones.

Muchas personas, durante esos días de descanso, se ponen una agenda apretadísima de actividades, visitas, excursiones… Inconscientemente están tratando de “desconectar” de su pensamiento compulsivo llenando su espacio con muchas cosas que hacer. Y acaban agotadas también.

Si sumamos todos estos aspectos, el resultado es un estado de desequilibrio interior desde el cual, como comentaba al comienzo del artículo, es muy difícil poder disfrutar plenamente ni de nuestras vacaciones ni de la vida en general. 

¿Cómo reconectar contigo mismo?

La única estrategia que considero funciona es vivir el momento presente, hacer del Aqui y el Ahora el centro de tu vida. Centrar tu atención en lo que está sucediendo ahora, lo que tienes delante en cada momento, recurriendo al pasado y al futuro sólo cuando sea estrictamente necesario (bien sea p.e. para recordar un dato, o hacer una planificación).

Para vivir el Ahora, es esencial aprender a atender tu espacio interno. Basta con parar un momento, cada vez que te acuerdes, y preguntarte: “¿qué está pasando ahora?”. A nivel externo, puede ser que tengas que coger un vuelo, las entradas para algún sitio o, simplemente, disfrutar de la playa, … Eso es lo que has de hacer en este momento, y de nada sirve enredarte mentalmente con todos los demás temas pendientes sobre los que no puedes o has decidido no actuar en este momento.

A nivel interno, observas también “¿qué está pasando ahora?”. Si estás estresado, vas a notar diferentes sensaciones, tal vez en el corazón, en la zona del pecho, en la respiración… Si tomas consciencia de ellas, si las notas sin juzgarlas, permitiéndolas ser con amabilidad, observarás que esas sensaciones se van disolviendo, y recuperarás la claridad mental y la energía que necesitas para abordar la situación externa.

Es el estado interno el que debemos equilibrar para afrontar lo externo de manera saludable.

Esto no evita que tengamos que enfrentar desafíos, cuando van surgiendo, pero sí evita el estrés, que puede llegar a ser extenuante.

Hoy es un día muy intenso para mí. He tenido que planificar muy bien el tiempo porque estoy inmersa en diferentes tareas que requieren de mucho tiempo y paciencia. Y hay mucho trabajo por hacer, personas que coordinar, documentos a revisar… Sin embargo, en este momento: ¿Qué está pasando? Que estoy escribiendo este artículo, totalmente enfocada en ello. Ya he decido previamente dedicar este tiempo a esta acción, y esto es lo único que importa ahora. Si atendiendo a mi espacio interno observo que llegan pensamientos con cosas que no tienen nada que ver con esto, simplemente me doy cuenta y los dejo ir. 

Para poder realmente desconectar, necesitas conectar contigo mismo, con tu presencia, tu existencia, en el momento presente. Y ayuda muchísimo dedicar un ratito de vez en cuando a Simplemente Ser, sin necesidad de hacer. Y desde ahí, desde la quietud mental, saborear la vida, “lo que está pasando”. Curiosamente, esta actitud no implica pasividad, ni convertirnos en un alga, y ni mucho menos es aburrido. Experimentar la plenitud de sentirte intensamente vivo y conectado con todo lo que te rodea, es lo más sublime que un ser humano puede experimentar.

Si bien es cierto que mantener este estado requiere de cierto entrenamiento, ¡qué mejor momento que las vacaciones para empezar y descubrirlo!

La meditación; la mejor herramienta para entrenar este estado de Presencia.

Por mi experiencia, el mejor apoyo es la meditación, con especial mención a la meditación Mindfulness o de Atención Plena. Es una herramienta de entrenamiento mental que ha sido empleada con éxito durante miles de años, adquiriendo especial relevancia en los últimos años por la inmensa cantidad de estudios científicos que han demostrado su eficacia. En relación con la ansiedad o depresión, ha demostrado ser tan eficaz como la medicación, y sin efectos secundarios. Y las personas que lo practican afirman sentirse más felices y realizadas.

Sólo “desconectamos” realmente cuando lo hacemos de nuestro pensamiento compulsivo, ya seamos conscientes de ello o no. De hecho, cuando realmente disfrutas de algo es porque estás ahí totalmente. Este disfrute, que para la mayoría es sólo algo ocasional, puede extenderse a muchos más momentos y áreas de tu vida. Sólo has de entrenar tu mente para ello, y la meditación es sin duda la mejor herramienta que conozco.

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