Los beneficios comenzarán a aflorar desde el primer momento en que comiences a meditar. Y si mantienes una rutina diaria, los beneficios irán aumentando conforme consolides tu práctica.

No obstante, recuerda que cada uno progresa a su propio ritmo y que también influye el punto de partida.

Todos crecemos y evolucionamos al ritmo que más nos conviene. Algunas veces notamos los beneficios de inmediato. Aunque no es habitual, a veces pasan semanas o meses antes de que realmente notemos cambios significativos.

A veces son otras personas las que notan los cambios en nosotros antes de que los notemos nosotros mismos. Mientras estés meditando regularmente, los beneficios continuarán acumulándose.

Y recuerda que la meditación es un proceso para realizar con total placidez, serenidad y amabilidad. No lo tomes como una obligación. Nos sentamos plácidamente, la practicamos serenamente y los beneficios llegan con total tranquilidad. Es muy sencillo, no hay que aprender nada nuevo, sólo recordar la plenitud que ya eres para saber alegrarte y maravillarte en todo momento.

Te invitamos a que eches un vistazo a estos artículos en los que hablamos sobre los beneficios de la meditación avalados por la ciencia parte 1 y parte 2 🙂