El antídoto del estrés

Te damos las claves para descubrir el auténtico origen del estrés y el antídoto para borrarlo de tu vida si estás dispuesto.
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Al sentarme a escribir estas líneas, me he dado cuenta de que cada vez me cuesta más ponerme en la piel de una persona que ya no existe en mí, y que me dispongo a recordar sólo para este propósito, el de transmitirte que una vida sin estrés es posible, con independencia de cómo tú lo veas en este momento y de las circunstancias que parezcan rodearte. Esa persona que estoy recordando, creía que iba a morir de estrés, y no imaginaba que podría llegar un día en el que escribiera un artículo sobre cómo superarlo.

Se ha escrito mucho sobre este tema, posiblemente tengas mucha información al respecto, y también muy posiblemente no te haya servido de mucho.

Así que permíteme que empiece diciéndote que, si realmente quieres abandonar el estrés y la ansiedad como compañeros en el viaje de tu vida, es esencial que te des cuenta de su absoluta falta de sentido. Mientras creas que tu estrés es conveniente para algo- y si te sientes estresado es que aún lo crees- no podrás deshacerte de él. No me estoy refiriendo a tener información intelectual sobre los innumerables estragos que causa en tu salud, bienestar y realización, sino en el darte cuenta de verdad y profundamente de la falta de sentido que tiene en tu vida.

Honestamente, esto puede llevar toda una vida o un solo instante, porque estamos lidiando con un sistema de pensamiento sumamente arraigado, pero que a la vez es tan absurdo, que si realmente tomamos consciencia se desvanece.

Fíjate que estoy hablando de un sistema de pensamiento, no de circunstancias, tareas, urgencias, responsabilidades ni personas. Es decir, te estoy invitando a poner “patas arriba” la idea que tienes de lo que te genera estrés, incluso gran parte de lo que hayas leído acerca del tema, para encontrar la auténtica causa del estrés, darte cuenta de su falta de sentido, y liberarte de él.

El sistema de pensamiento que la inmensa mayoría tiene “por defecto” les hace creer que tienen muchas cosas que hacer simultáneamente, que todo es de vital importancia, y que muy posiblemente las cosas vayan a salir mal en el futuro. No hace falta que nos inventemos un infierno en el futuro porque, de esta manera, ya lo estamos viviendo.

Para un momento y observa cómo esos pensamientos, y sólo ellos, son los que te están apartando precisamente del único momento que tienes para poder actuar, de la única cosa que puedes hacer ahora, del único momento de importancia vital – más aún, del único vital- y del único paso que te puede llevar a cualquier destino.

Pensar que tenemos muchas cosas que hacer no es hacer nada. Si todo fuera de vital importancia, ya estarías muerto. Si no estás presente en el único momento que tienes, ahora, no serás capaz de ver las oportunidades ni de tomar las mejores decisiones de cara a tu futuro.

 

Tal vez sientas que lo que provoca tu estrés es otra persona. Si es así, seguro que le has dado mil vueltas a tu relación con ella. ¿Te ha funcionado? No lo ha hecho, porque ese estrés que te provoca, de nuevo, no tiene su causa en esa persona, sino en tus pensamientos acerca de ella, de lo que dice, de lo que hace. En realidad, de tus interpretaciones acerca de por qué lo dice o por qué lo hace. Cuando en el fondo no sabemos por qué actúan cómo actúan los demás. ¿Lo sabes? ¿Lo que crees es cierto? No digo que no lo sea, simplemente te pregunto si tienes la absoluta certeza de que tu interpretación es acertada. Tómate un momento para responderte con honestidad. Sin embargo, ¿qué te supone creer eso?

Sin embargo, esos pensamientos en la relación con la situación o la persona vienen a tu mente continuamente, y te hacen re-sentir lo mismo una y otra vez. No digo que no actúes cómo consideres conveniente respecto a ella, estoy hablando de lo que causa tu estrés. No puedes cambiar a esa persona, pero te aseguro que puedes dejar de sufrir por ello.

Para un momento y pregúntate qué puedes hacer realmente al respecto, si es que de verdad quieres resolver esa situación y que deje de enturbiar tu vida. Date cuenta de lo que Es en sí mismo, sin juicios, y de lo absurdo que es continuar con la queja y la rumiación.

 

¿No lo consigues? Eso significa que aún sigues creyendo que no es absurdo. ¿Para qué crees todavía que el estrés es útil para ti? ¿Para qué tiene sentido aún en tu vida? Es importante que te respondas a esta pregunta, dedícale unos momentos, sé honesto. ¿Tal vez crees que te hace más productivo? ¿Tal vez te sirve para mostrarles a los demás o a ti mismo lo importante que eres? ¿O lo mal que te trata la vida?… Mientras sigas abrigando algún sentido, te resignarás a vivir estresado pensando que “¡es lo que hay!”.

Cuando te sorprendas a ti mismo sonriendo ante la total falta de sentido, te habrás liberado del estrés.

A partir de ahí, eres capaz de ver las cosas tal y como son, sin esos juicios, quejas o predicciones que desencadenan tu estrés, y estarás en la mejor predisposición para actuar si fuese necesario ante lo que se encuentra ante ti en cada momento, para encontrar soluciones creativas, o para aceptar que hay cosas que no están en tu mano, y permitirte continuar con otras cosas que sí dependan de ti.

Esto es Mindfulness. Esto es el antídoto del estrés.

  1. Toma consciencia de tus disparadores de estrés
  2. Date cuenta de los pensamientos alrededor de la situación o persona que están realmente causando tu estrés.
  3. Reflexiona honestamente hasta llegar a ver su absoluta falta de sentido.
  4. Observa qué pensamientos surgen en tu mente que están intentando justificar lo que no tiene sentido, qué necesidades parece estar cubriendo tu malestar. ¿Sentirte estresado las va a cubrir realmente?
  5. Lleva tu atención hacia tu respiración, simplemente observa como el aire entra y sale de tu cuerpo, a su ritmo. Date cuenta como la respiración se va haciendo cada vez más lenta y profunda, mientras se aquieta la agitación en tu mente
  6. Lleva de nuevo tu atención a aquello en lo que habías decidido estar antes de que el estrés apareciera. Pero vuelve a ello valorándolo como un tesoro, descubriendo con interés hasta qué punto puedes disfrutar de ello, sea lo que sea: lavarte los dientes, pasear, enviar un mail, leer, hablar con alguien, planificar… Porque eso es lo que tiene todo el sentido en este momento.

Hay muchas formas de vivir la vida, y cada uno decide cómo vivir la suya. Sin duda, vivir sin estrés es una gran alternativa que te invito a explorar. Cada vez que te encuentres estresado, haz el proceso. Cuando menos te lo esperes, te sorprenderás sonriendo y viviendo en paz ante aquellas situaciones que antes creías que no podrías superar.

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