Hace unos días me di cuenta de que se acerca la fecha de mi cumpleaños. Siempre me gusta reflexionar sobre lo acontecido en el año que ha pasado y en sus enseñanzas. No siempre es fácil encontrar estas últimas.
Este año, el primero de mi jubilación, he sido consciente de algunas de ellas que, aunque aún no las tengo consolidadas, he empezado el camino para conseguirlas.
Me he dado cuenta de que es necesario:
- Soltar todo lo que no necesito cargar.
- Respetar y concederme mi propio respeto.
- Reconocer que mi responsabilidad es ser yo misma.
- Descubrir qué mi calidad humana y paz interior dependen exclusivamente de mí.
- Decir que no a lo que no resuene conmigo y decir que sí a lo que me permita acceder a estar en paz.
- Saber que no necesito vencer ni convencer a la vida, sólo recordar quien soy.
- Encontrar una posición serena, que me dé ligereza.
- Empezar a ser importante para mí; lo que implica cuidarme y reconocerme.
- Poder marcar mis propios ritmos y paradas.
- Acercarme o alejarme de quién mi corazón decida.
- Reescribir una nueva forma de vivir porque partes de la otra se han quedado obsoletas.
- Vivir en honestidad y coherencia.
- Estar en paz independientemente de si lo que siento, digo o hago, le parece bien o no al resto.
Ahora mis pasos serán firmes y contundentes para decirme sí a lo que mi alma necesita.
Y tú ¿también reflexionas cuando llega tu cumpleaños?