Cómo respirar para meditar

La respiración juega un papel fundamental en la meditación. Gracias a ella nos resulta más fácil enfocarnos y relajarnos. ¡Aprende cómo respirar durante tu práctica para sacar el máximo partido!
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Hemos de tener en cuenta que respirar para meditar no es un hábito, sino más bien una necesidad. Si bien es necesario oxigenarnos para que nuestro organismo pueda realizar sus funciones vitales básicas, las diferentes técnicas de respiración nos facilitan además poder expulsar pensamientos o energías negativas, así como calmarnos tras una situación de estrés o malestar.

Uno de los aspectos más importantes para la práctica de la meditación consiste en entrenar la mente para enfocar la atención en un objeto determinado. Por ejemplo, podemos tomar como objeto de atención un mantra, una vela, incluso un aroma que nos facilite la concentración. No obstante, una de las prácticas más habituales y sencillas para meditar es tomar la respiración como objeto de atención.

De esta manera, aprender a respirar para meditar se convierte en una tarea esencial para poder realizar nuestra práctica de forma correcta, además de ayudarnos a concentrarnos y relajarnos. Para alcanzar el estado meditativo, es vital llevar nuestro cuerpo y mente hacia un estado de serenidad consciente para lo que es fundamental liberarnos de tensiones, de cualquier sensación de presión, incomodidad y agitación mental que no sólo nos impedirán realizar nuestra práctica de manera correcta, sino que además no nos favorecen en nuestra vida diaria.

Por tanto, podemos considerar la respiración como una poderosa herramienta que tenemos a nuestro alcance en todo momento para ayudarnos en nuestra meditación diaria, y en cualquier momento de nuestra vida. Cuando hemos aprendido correctamente cómo respirar para meditar, nuestro diafragma (el músculo que controla los movimientos que realiza nuestro aparato respiratorio para realizar el acto de respirar), se libera de tensiones, relajando la zona del plexo solar y las regiones musculares que se corresponden con el tercer y cuarto chakra.

De esta forma, al aprender a controlar la respiración para meditar, podemos controlar mejor nuestros estados, e intervenir en ellos, resultándonos más fácil poder relajarnos en cualquier momento, activarnos cuando la situación lo requiera. También podemos obtener una gran sensación de bienestar, ya que, a través de la respiración podemos mantenernos durante todo el día en el estado de alerta-relajada que nos proporciona la práctica de la meditación diaria, disfrutando además de una mayor consciencia del momento presente, y percibiendo por tanto todas las oportunidades que suceden en cada instante de nuestras vidas.

Técnicas para aprender a respirar para meditar

Existe diferentes técnicas que puedes practicar para aprender a respirar para meditar. Te contamos algunas muy sencillas que puedes practicar fácilmente con excelentes resultados:

  • Conteo: un tipo de respiración que se utiliza en la meditación es el conteo. Para ayudarnos, podemos utilizar los dedos de las manos o, simplemente, cada vez que exhalamos, contar “1, 2, 3, 4…”. No olvides que, en este tipo de respiración, no hay que forzar la respiración, sino simplemente tomar consciencia de ella, a través del conteo, sin intervenir, sólo contando el número de exhalaciones. Este método sólo nos influye en focalizar nuestra atención en la cuenta, sin importar hasta donde llegamos. Si en algún momento perdiéramos la cuenta de cuántas exhalaciones llevamos, sólo tendríamos que volver a empezar a contar de nuevo para volver a centrarnos.
  • Otro sistema que se suele utilizar en Mindfulness, es prestar atención a la respiración en un punto particular de nuestro organismo. Podemos enfocarnos en las sensaciones que notamos en nuestras fosas nasales, el aire fresco entrando en nuestro cuerpo y cómo salen las cálidas exhalaciones. Si queremos controlar la respiración para meditar, podemos fijar nuestro foco en las sensaciones en la nariz, o en los movimientos y sensaciones que obtenemos en el abdomen, en el pecho e incluso en la espalda. En este caso, tampoco intervenimos, simplemente observamos, y, al igual que en el conteo, si notamos que nos dispersamos, volvemos a concentrarnos en la parte del cuerpo que hayamos tomado como objeto de atención.
  • También disponemos de la llamada “respiración cuadrada”, que sirve para conseguir enfocarnos conscientemente mientras meditamos. Para aprender cómo respirar para meditar con este tipo de respiración, simplemente tenemos que contar cuatro tiempos al inhalar, retenemos el aire inspirado otros cuatro tiempos en apnea, volvemos a contar cuatro al exhalar, y finalizamos el ciclo contando otros cuatro tiempos antes de tomar la siguiente exhalación, sintiendo el vacío de aire en nuestro cuerpo. Esta secuencia la repetiremos varias veces.
  • En último lugar, existe un tipo de respiración especial para dormir, descubierta por el Dr.Weil. se trata de una técnica de respiración que te ayudará a conseguir alcanzar el sueño en tan solo 4 minutos:
    • Inhalamos contando 4.
    • Retenemos contando 7.
    • Exhalamos contando 8.

Para esta última práctica, también se puede comenzar con la proporción 3-3-6, en lugar de 4-7-8, y poco a poco, a medida que te vayas sintiendo más cómodo ir ampliando los tiempos, manteniendo las proporciones.

Como podemos observar, la respiración es una herramienta muy útil que se puede utilizar tanto para enfocarnos y activarnos, como para relajarnos profundamente. Es por esto que aprender a respirar para meditar es fundamental, y con entrenamiento diario, es recomendable practicar al menos 15 minutos al día, podemos obtener grandes resultados que nos ayudarán no sólo en nuestra práctica de meditación, sino en cualquier situación de nuestra vida diaria.

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