Inteligencia emocional en el trabajo

El entorno laboral es para muchas personas el lugar donde más retos tienen que enfrentar diariamente; plazos ajustados, relaciones con superiores, compañeros, clientes… y desarrollar habilidades como la inteligencia emocional que nos ayuden a gestionar mejor todas estas situaciones resulta especialmente útil.
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Aunque aún exista cierta controversia a la hora de determinar qué es más importante para el éxito profesional, si la Inteligencia lógico-matemática (la clásicamente considerada única inteligencia) o la inteligencia emocional, cada vez existen más estudios que demuestran la importancia de la inteligencia emocional en el trabajo. Ya en otros artículos hemos hablado sobre los distintos tipos de inteligencia, según la Teoría de las Inteligencias Múltiples de H. Gardner, la cual refuta el concepto de inteligencia tradicional como algo unitario, basado en el cociente intelectual. Esta teoría reconoce originariamente 8 tipos de inteligencia, aunque más tarde se han ido añadiendo otras, entre las que destacaríamos la inteligencia interpersonal y la inteligencia intrapersonal, como elementos clave en cuanto a la inteligencia emocional en el trabajo.

Durante los últimos años, la importancia de la inteligencia emociona en el trabajo ha ido cobrando cada vez más protagonismo, sobre todo entre altos directivos, gerentes y CEOs de empresas, como un indicador significativo a la hora de estimar la capacidad para alcanzar metas y objetivos en el entorno laboral. De este modo, la inteligencia emocional en el trabajo se presenta como un elemento esencial en la toma de decisiones estratégicas de la empresa, la gestión de equipos, y de gestión emocional en situaciones difíciles.

Por ello, es normal considerar la inteligencia emocional en el trabajo como uno de los elementos clave en el entorno laboral. Al igual que en el espacio personal, la inteligencia emocional en el trabajo nos dota de una serie de capacidades y habilidades (intrínsecas o desarrolladas) que nos ayudan en nuestro quehacer diario.

Cómo aplicar la inteligencia emocional en el trabajo

Para conocer cómo aplicar la inteligencia emocional en el trabajo, es necesario conocer primero algunos conceptos:

  • El autoconocimiento emocional, como la conciencia de uno mismo. Una de las más potentes herramientas para desarrollar esta capacidad es la meditación diaria, ya que nos ayuda a observar nuestros pensamientos y emociones desde un enfoque no condicionado, ofreciéndonos un mayor conocimiento personal de nuestro mundo interior.
  • El autocontrol emocional, en el cual la importancia de la inteligencia emocional en el trabajo toma sentido práctico.
  • La automotivación o autoestima, que podemos desarrollar a través del Mindfulness y la meditación, para conectarlo con el primer punto: el autoconocimiento.
  • También muy relevante en la práctica de meditación, tenemos el reconocimiento de emociones ajenas o empatía.
  • Las relaciones interpersonales, para las cuales es clave desarrollar habilidades como asertividad, la compasión o la empatía, que nos ayudarán a establecer mejores relaciones sociales y laborales además de ofrecernos una mayor capacidad para la resolución de posibles conflictos o confrontaciones. Así, observamos que la inteligencia emocional en el trabajo es imprescindible en las organizaciones.

Bases de la inteligencia emocional

La inteligencia emocional según Daniel Goleman (prestigioso psicólogo y autor del libro “Inteligencia Emocional”) consta de dos tipos: la inteligencia intrapersonal y la inteligencia interpersonal.

En referencia a la inteligencia intrapersonal, destaca tres características básicas:

  • La conciencia de uno mismo: es una aptitud primordial en nuestro autoconocimiento y propuestas posteriores de mejora. Para entendernos y comprender nuestras acciones, la meditación y el Mindfulness nos aportan herramientas para explorar nuestro interior.
  • El control de sí mismo o la autorregulación, de vital importancia en la inteligencia emocional en el trabajo, con intención de actuar pensando previamente lo que vamos a hacer o decir.
  • Y, por supuesto, la auto-motivación, que desarrollaremos meditando diariamente.
    Por otro lado, Goleman también considera la inteligencia interpersonal, la cual se fundamenta principalmente de capacidades como la empatía y las diferentes habilidades sociales, imprescindibles para desarrollar la inteligencia emocional en el trabajo.

Como vemos, el conocimiento de nuestras emociones nos dota de herramientas notables en vías de las relaciones interpersonales y expresión de nuestras ideas, evidenciando la importancia de la inteligencia emocional en el trabajo. En este sentido, a través de la meditación diaria y la práctica del Mindfulness podemos desarrollar las capacidades y habilidades que necesitamos para avanzar en nuestro crecimiento personal dentro del ámbito laboral.

Ejemplos de inteligencia emocional en el trabajo

Como ejemplos de inteligencia emocional en el trabajo podemos encontrar multitud de referencias a la conciencia emocional. Reconocemos este concepto como la capacidad por la que puedes reconocer la manera en que tus emociones afectan a tus acciones; por tanto, también valora como utilizas tus valores para tomar decisiones. Este caso, marca una de las diferencias fundamentales de los ejecutivos exitosos. El autocontrol, la responsabilidad, la fidelidad y el establecimiento de vínculos duraderos pueden ayudarte a crear una red cooperativa y relacional provechosa.

Existen otras muchas facultades que puedes fomentar para el crecimiento personal fácilmente a través de las técnicas del Mindfulnes y la práctica regular de la meditación.

  • La competencia personal, la conciencia de uno mismo, la integridad, la creatividad, la intuición, la adaptabilidad a los cambios y la innovación, junto con la motivación, son algunas de las cualidades que podemos tomar como ejemplos de inteligencia emocional en el trabajo. Estas habilidades y capacidades son las que nos guían y acercan al logro de nuestros objetivos, y, por tanto, el verdadero camino hacia el éxito empresarial.
  • Para terminar con estos ejemplos de inteligencia emocional en el trabajo, también queríamos señalar algunos otros aspectos como la proactividad, el optimismo o la empatía, también fundamentales para el desarrollo del liderazgo, la consecución de logros laborales y la capacidad de fomentar estas mismas habilidades entre los distintos miembros de los equipos de trabajo.
  • La sinergia grupal en las organizaciones, para la consecución de objetivos colectivos, también es otro elemento clave que apunta a la importancia de la inteligencia emocional en el trabajo. La falta de metas positivas hacia las que dirigirnos, puede provocar que nuestra mente se centre en los problemas, en los que no funciona y en los obstáculos. Así, será muy difícil que superemos los momentos difíciles y dejemos de procrastinar. Para ello, la práctica de la meditación diaria es una de las mejores herramientas que podemos aprovechar, ya que nos ayudará a visualizar de una forma mucho más clara nuestros objetivos, metas e intenciones de vida, además de ofrecernos la claridad y serenidad mental necesarios para conseguirlos, a través del estado de alerta relajada que disfrutaras durante toda la jornada.

“Educar la mente sin educar el corazón, no es en absoluto educación.”

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