Un viaje silencioso

¿Quieres que te demos los detalles del viaje más alucinante del mundo, que puedes empezar hoy mismo si quieres y es gratis? …No te preocupes porque, además, cuanto menos equipaje lleves, mejor ;) ¡Te damos el itinerario!
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Si alguien te propusiera emprender un viaje maravilloso, con la mejor de las compañías, todos los gastos pagados, que augurara una verdadera felicidad y que durara toda la vida, ¿le dirías que no? Y si te dijera, además, que puedes empezarlo Aquí y Ahora sin tener que renunciar a ninguno de tus seres queridos porque ellos también pueden formar parte de tu viaje, ¿empezarías ya?
Como estoy convencida de que has respondido que sí, déjame contarte que ese viaje vital se llama Mindfulness y que lo único que necesitas para disfrutarlo al máximo es practicar un ejercicio muy concreto llamado Meditación.

No quisiera que este fuera un artículo más que explicara las bondades y maravillas que la práctica de estas disciplinas tiene. El propósito, o más bien anhelo que intento proyectar en él, es que ese Ser maravilloso que lo está leyendo: Tú, si Tú, se anime a empezar este viaje. Para ello te voy a dar las claves básicas para que puedas empezarlo ya. Habías dicho que si, ¿verdad? ¡No te eches atrás ahora! 😉
Quiero que sepas que, como en todos los viajes, hasta en los más increíbles, pueden surgir “situaciones” o “compañías” difíciles con las que no habíamos contado e incluso algunas de estas pueden hacer que nos planteemos abandonar. Por este motivo, te voy a dar el itinerario básico del viaje para que cuentes con ellas y lo más maravilloso es que, ¡todo lo que está fuera del itinerario básico lo vas a ir creando y solucionando Tú!

Mindfulness es Atención o Consciencia Plena. Es una manera de relacionarnos con la vida tomando consciencia de lo que Es en cada momento de una forma deliberada y sin juzgar. Es nuestra decisión libre, intencionada y consciente de mantenernos en el Presente. De mantenernos en el Aquí y Ahora. De Vivir realmente la vida, sin perdernos en las historias, muchas veces de miedo, que nos contamos sobre ella.
La manera que tenemos para conseguir vivir en Mindfulness es a través de la práctica.

La parte formal de esta práctica es la Meditación. Ésta nos permite entrenar la mente focalizando nuestra atención en un objeto determinado (la respiración, un mantra, una sensación…). De esta forma, cuando nuestra atención se desvía hacia un pensamiento, en forma de recuerdo o anticipación, un sonido…, lo único que hacemos es observarlo, darnos cuenta de que está ahí y, de una forma amable y sin juzgar, volver nuestra atención al objeto que hayamos elegido.
Esta práctica tiene un doble propósito; el primero es conectar con el SER, con tu verdadera naturaleza, con ese observador que permanece sean cuales sean las experiencias que vivas. Y, por otra parte, como hemos comentado, la meditación nos ayuda a vivir en Mindfulness, aquietando nuestra mente y aportándonos una mayor claridad mental. Y desde esa quietud, nos resulta mas sencillo poder estar Presentes en cada momento, y enfrentar son serenidad, fortaleza y creatividad, los desafíos que nos plantea la vida.
La parte informal de esta práctica la realizamos llevando nuestra atención de forma intencionada a las tareas o actividades cotidianas: lavarse los dientes, ducharse, preparar la comida, comer, la reunión con nuestro jefe, una cerveza con los amigos, una discusión con nuestra pareja…

Gracias a estas dos prácticas, vamos comprendiendo cómo tiende a funcionar nuestro cuerpo, nuestro pensamiento, nuestras emociones,…para, desde ahí, decidir lo que deseo alimentar y lo que deseo transcender. Las circunstancias pueden variar y nunca tendremos el poder sobre ellas, pero lo que si tenemos es la capacidad de observar cómo interactuamos, pensamos o sentimos antes esas situaciones. El observador es Inmutable. No se trata de negar ni eliminar nada. Se trata de transformar desde esa observación. Recuerda que los verdaderos cambios, los que realmente te van a aportar tranquilidad y felicidad, se producen siempre de dentro hacia afuera.
Pero ya te decía que en este viaje te puedes encontrar, y te encontrarás, sobre todo al principio, con alguna que otra “situación” complicada. El mejor consejo que puedo darte es que veas esos obstáculos como aliados en vez de como enemigos. De ellos también puedes sacar un maravilloso aprendizaje y salir fortalecido.
Estos son algunos de los más comunes:

Meditar es difícil:

¿Te ha parecido difícil lo que te he explicado? Nuestra mente tiende a complicarlo todo (si comienzas a meditar te darás cuenta de ello ;), pero es sumamente sencillo. Este mito suele tener más que ver con las expectativas que nos creamos con respecto a la meditación y sus resultados que con la propia práctica en sí. No anticipes cómo debería de ser tu meditación, no esperes tener una experiencia extrasensorial o levitar, no esperes nada en concreto, ¡fuera expectativas!
Quizás el mejor consejo que puedo darte a este respecto es que al principio busques un buen maestro que sepa guiarte para que puedas iniciar tu viaje tranquilamente y disfrutando de cada paso.

No debo pensar durante la meditación:

Este es quizás el obstáculo o mito más común con respecto a la meditación, y lo que hace que parezca difícil. Meditar no consiste en dejar la mente en blanco. No consiste en no pensar. La Meditación es una práctica generosa y amable que acoge y abraza todo lo que pase durante la misma. Observo lo que ha desviado mi atención y amablemente vuelvo a redirigirla. Y así, las veces que sean necesarias durante el tiempo que nos hayamos propuesto. Los beneficios de la meditación no están relacionados con el número de pensamientos o sensaciones que tengamos durante la misma. Todas las meditaciones que hagas serán perfectas, y todas te aportarán beneficios. Y a medida que practiques, te darás cuenta de que cada vez te identificas menos con tus pensamientos, sensaciones, emociones. Comprobarás que todos ellos te pasan a ti, pero no son Tú.

No tengo tiempo para meditar:

Permíteme decirte que este, y más hoy en día, es el mito que menos entiendo. Nos pasamos horas delante de nuestros teléfonos móviles o de la televisión. Dedicamos también un montón de tiempo a dar vueltas a pensamientos recurrentes sobre asuntos o situaciones en las que no podemos hacer nada, bien porque ya han pasado o porque todavía no lo han hecho. De todo el tiempo que dedicas sólo a esto, ¿en serio crees que no podrás sacar 20-30 minutos al día para Ti? Consejo: revisa, simplemente, cuánto tiempo le dedicas a estos tres aspectos y saca tus propias conclusiones.
Además, uno de los beneficios que tiene la práctica de la meditación es que sentirás que tienes más tiempo. Al final, una mente despejada es capaz de centrarse mejor en lo importante. ¡Compruébalo tú mismo! 😉

La meditación se asocia a creencias espirituales o religiosas:

Cada vez son más personas con creencias o religiones distintas, o sin ellas, las que incorporan esta práctica en su día a día sin conflicto de ningún tipo. No se trata de venerar ni creer en nada. Se trata simplemente de acallar nuestra mente para permitirnos disfrutar más profundamente de todo lo que hacemos en nuestra vida.

Ahora que ya conoces los obstáculos más comunes que podemos encontrarnos cuando empecemos nuestro viaje quizás te plantees: “muy bien, y a parte de acallar mi mente y aportarme tranquilidad (aunque para mi personalmente esto ya sería suficiente 😉 ¿qué otros beneficios tiene meditar diariamente?
Te voy a enumerar algunos de ellos. Todos están avalados científicamente pero, ¿sabes una cosa?, no tendrán mucho sentido para ti si no comienzas tu práctica y los experimentas tú mismo.

Algunos beneficios de la meditación:

  • Rejuvenece y previene el envejecimiento del cerebro
  • Aumenta la concentración y la capacidad de atención
  • Mejora la memoria y otras funciones cognitivas
  • Favorece la creatividad
  • Desarrolla la inteligencia intrapersonal y emocional
  • Potencia la aparición de emociones con valencia positiva
  • Mejora las relaciones sociales
  • Previene y combate los síntomas de la depresión.
  • Reduce la ansiedad
  • Mitiga los efectos del estrés
  • Reduce el insomnio
  • Refuerza el sistema inmunológico
  • Disminuye el dolor

¿Empezamos?

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