El miedo a hablar en público es algo muy común que, en muchas ocasiones, puede suponer un gran obstáculo en la consecución de nuestros objetivos . Sin embargo, se puede aprender a gestionar. Superarlo puede estar al alcance de tu mano, simplemente aprendiendo y practicando algunas sencillas técnicas para hablar en público.
¿Cómo perder el miedo a hablar en público?
Sentirse nervioso antes de hablar para un grupo de personas, es una reacción totalmente normal del ser humano. De hecho, sentir un poco de excitación y tener el deseo de hacerlo bien, es algo positivo, ya que denota nuestro deseo de superación e interés por ofrecer nuestra mejor versión en cada momento. Sin embargo, esa sensación de temor a hablar en público puede convertirse en algo que nos bloquea y paraliza impidiéndonos resolver la situación correctamente.
Si puedes, cierra un momento los ojos, y toma unas respiraciones profundas, centrándote en las sensaciones que te ofrece el acto de respirar. Al desacelerar el ritmo de la respiración, disminuye también el ritmo cardíaco. Además, la respiración y el pensamiento están íntimamente relacionados: sólo basta con observar cómo se acelera cuando estamos tensos, y cómo se suaviza cuando estamos en calma. Es por esto que podemos calmar nuestra agitada mente cuando tenemos que hablar en público, simplemente observando nuestra respiración, sin forzarla.
Para motivarte en tu empeño en vencer el miedo a hablar en público, puedes escribir una lista con todas las cosas buenas que conseguirías alcanzando este objetivo. Si, en algún momento, sientes el deseo de abandonar tu propósito, puedes volver a leer esta lista para animarte a seguir adelante.
Técnicas para perder el miedo a hablar en público
1. Toma consciencia de la fuente de tus miedos
Como todo temor, el miedo a hablar en público, es una reacción de nuestro organismo, creada por un pensamiento de nuestra propia mente. Por ello, es fundamental tomar consciencia de esos pensamientos que lo están generando. La mejor forma para conseguirlo es a través de la meditación, ya que al meditar nos entrenamos para observar nuestra mente y para permanecer en un estado de alerta-relajada. Al principio, puede resultar complicado, pero con la práctica, se convierte en una potente herramienta que te ayudará a manejar fácilmente situaciones que, inicialmente, podían resultarte complicadas.
2. Visualización
La visualización es una herramienta muy eficaz para superar los miedos. Imagina momentos en los que te sientes cómodo hablando en público y recréalos en tu mente. Si, por ejemplo, tienes que hacer una presentación importante, dedica al menos 10 minutos cada día, durante una semana antes del acontecimiento, imaginándote en el lugar de la presentación mientras la expones. Ensaya tu discurso y disfruta mentalmente de la satisfacción de tu éxito. ¿Cómo te sientes al haberlo conseguido? Quédate con esas sensaciones y recupera este recurso en los momentos previos a la presentación.
3. Habilidades de comunicación y liderazgo
El crecimiento personal debe ser una práctica constante, por ello es importante, entrenar nuestras habilidades de comunicación y liderazgo a diario. Incluso cuando hemos vencido el miedo a hablar en público, no debemos relajarnos, ya que siempre se puede seguir mejorando.
Pon en práctica tus habilidades comunicativas. Puedes estudiar tu lenguaje corporal, tus gestos y tu postura, grabándote en video mientras ensayas, de esta manera, podrás detectar aquellos aspectos que podrías mejorar para trabajarlos.
4. Técnica “la peor fantasía”
Esta técnica es muy útil para vencer el miedo a hablar en público. Es aconsejable realizarla cada día durante, al menos, una semana antes del discurso. Para llevarla a cabo, fija un horario constante para toda la semana, para crear el hábito, y busca un lugar tranquilo, con luz tenue donde sentarte cómodamente. Puedes poner una alarma para que suene a los 30 minutos.
Durante esa media hora, dedícate a sentir el miedo a hablar en público. Piensa en todas las situaciones que pueden darse, en lo que te preocupa y permítete sentir ese miedo. Cuando suene la alarma, interrumpe tus pensamientos, levántate y sigue con tus tareas. Pon a prueba esta técnica, comprobarás su eficacia.