El otro día estaba viendo una serie en Netflix donde la protagonista veía un vídeo retrospectivo de cuando ella era niña.
Y entonces me di cuenta… sí, fui consciente de la cantidad de tiempo que llevaba sin recordar a mi niña interior.
Esa que también soy yo.
Porqué yo soy la niña, la madre, la esposa, la amiga, la profesional, la bailarina… ¡todas soy yo! Y, al mismo tiempo, Yo no soy todas…
Y seguro que estaréis pensando ¿y qué diferencia hay? Para mí, no es lo mismo ser una parte de algo, de cada una de mis yoes conmigo, que ser un todo en el que se incluyan todos mis yoes. Pues no es lo mismo ser una parte de un todo, que un todo con muchas partes.
Al final, se suele pasar mucho tiempo antes de reconocerlas por separado, ya que no te das cuenta de todos tus yoes independientes, tal vez porque no salen a la palestra últimamente, quizá porque estás haciendo otras cosas que no te competen o en las que estás funcionando en piloto automático…
Y no dejas, no permites, que sean, no les das la importancia que merecen porque las tienes olvidadas y se mezcla todo eso que eres tú y que te pasa inadvertido la mayor parte del tiempo… Eso que tiene que ver con tu niñ@ interior como el sentido del humor, la risa, la creatividad, el disfrute… ¿Sabes a qué me refiero?
Y tú ¿tienes presentes a todos tus yoes ahora?
