El otro día me encontré con la madre de un antiguo alumno mío y me comentaba que llevaba una temporada discutiendo mucho con su familia ya que le parecía que su hijo, mi exalumno, y su padre siempre hacían las cosas para sacarla de quicio. Y me preguntó si yo sabía qué se podía hacer para tener tranquilidad.
No tenía mucho tiempo y le dije que, si quería, quedaríamos la siguiente semana para hablar. Sin embargo, insistió en que le diera un adelanto de lo que yo pensaba sobre el tema.
Le dije que, para mí, la tranquilidad no se negocia. Depende de cada cual, de la actitud ante la vida, de las prioridades. Muchas veces pasa por frenar la lengua a tiempo, otras por relativizar el tema, si se puede, y si no es así buscar un rato para hablar con la otra persona y exponer los sentimientos que te causa su actitud y tus necesidades, al mismo tiempo que le das a ella la oportunidad de expresar, del mismo modo, sus sentimientos y necesidades.
Aquí no interesa ganar. De lo que se trata es de aunar posiciones, de comprender, de entender lo que el otro siente y necesita y de que el otro comprenda lo que sientes y necesitas tú.
Además, puede haber situaciones en las que no se llegue a acuerdos y lo interesante es proteger tu paz. A retirarte en las situaciones que no dependan de ti, a elegir las batallas donde quieras entrar y tengas un lugar.
Responder no es reaccionar. La mayoría de las veces reaccionamos de forma impulsiva a lo que nos provoca desazón y nos lleva a enfrentamientos que rara vez llegan a buen término para ambos interlocutores.
Responder adecuadamente implica que ambos ganan en esa batalla, mejor dicho, deja de haber lucha para iniciar un entendimiento.
Respetar que el otro no opine igual, siendo su juicio igual de valido que el tuyo, es fundamental.
Esta forma de comunicación se llama No violenta, porque su fin es acercar posturas poniéndonos, de alguna manera, en los zapatos del otro y viceversa.
Al despedirnos quedamos para iniciar ese aprendizaje que apunta a la tranquilidad expresando tus sentimientos y condiciones para acabar con un bienestar común.
Y tú ¿te apuntas a esta forma de relacionarte con los demás?