Este año los Reyes Magos se han adelantado cuatro meses y cinco días para darme uno de los mejores regalos en esta época de mi vida… Se llama Ariadna, Ari, y es uno de los mayores tesoros de mi vida.
Sus Majestades este año han tenido dos pajes fantásticos, mi hija y su marido, y cada vez que veo la mirada de mi niña, su sonrisa o sus balbuceos… ¡el mundo se para y la felicidad hace su aparición en un bebé de cuatro meses!
Nunca imaginé que pudiera recibir tanto amor como cuando me mira, me sonríe o me habla en ese lenguaje nuestro, ininteligible para todos los demás…
He vuelto a sentir esa sensación de amor incondicional que tengo con mis tres hijos, aunque ahora lo vivo de una manera diferente, más serena, más libre, ya que la responsabilidad no recae sobre mis espaldas, y, al mismo tiempo, la posibilidad de poder disfrutar cada instante que es eterno y efímero a la vez…
Sí, cada momento es mágico porque en esta etapa de mi vida tengo menos prisa, soy capaz de estar más presente y otras tantas cosas que me hacen habitar este maravilloso tiempo con mayor paz.
Gracias Majestades, por este obsequio que me va a alegrar cada día durante toda mi vida.
Y a ti ¿qué te han traído los Reyes Magos?
