Hoy, uno de los espacios que he frecuentado en Balnea, ha sido un pasillo de duchas con contraste de temperaturas.
Varios chorros disparan agua, desde la cabeza a los pies, con una presión media. Empieza con agua templada y, poco a poco, sube la temperatura, seguida de un torrente frío. Mejora la circulación.
Comentando con personas que estaban utilizándolo también, no todos teníamos las mismas impresiones. A alguno no le gustaban el agua caliente, o la fría, o la templada… aunque todos seguían insistiendo en utilizarlo porque mejoraba mucho el estado corporal.
Y eso me ha venido a recordar las situaciones de la vida. A veces son más o menos agradables o desagradables y muchas de ellas se repiten una y otra vez…
Yo tengo la teoría de que esto ocurre hasta que aprendemos lo que nos han venido a enseñar, ya sea con personas, con reacciones, con la forma de tomarse las cosas, con autodescubrimiento…
Aunque muchas veces me parece que es como el día de la marmota, me doy cuenta de que vienen a mejorar la circulación de mi vida…
Y tú ¿aprendes también de los contrastes?
