Llevo unos días en el balneario sola y la verdad es que estoy disfrutando enormemente de mi compañía. Aunque suene raro, me encuentro conmigo y descubro que hay cosas que quiero seguir potenciando porque me causan placer o me dan paz y, al mismo tiempo, también encuentro aspectos que me gustaría cambiar o desterrar en el mejor de los casos.
Sentada en el restaurante, o tumbada en las piscinas, me da tiempo a observar a la gente de mi alrededor. He visto que hay parejas que pueden pasarse una hora comiendo sin dirigirse la palabra sin, ni siquiera, una mirada de soslayo… Solo frases convencionales al marcharse o elegir menú.
Y me doy cuenta de que puedes sentirte acompañado estando solo y también solo estando acompañado…
Me gustaría no tener esta última opción en mi vida.
Y tú, ¿disfrutas de la soledad en tu compañía?