Desde hace poco tiempo vengo observando que estoy dejando de echar de menos lo que no está en mi vida en el momento actual. Me da igual que sea una hora, un día, un mes, un año o siempre.
Cuando me di cuenta, la primera vez, me dio miedo, me sentí culpable y llegué a pensar que no era buena persona por no echar de menos a mi gente querida.
Entonces pregunté a mis mentores sobre el tema, a quien yo creía que ya había pasado por esto.
Lo tenían claro: “Es el desapego”, me dijeron. Yo llevaba mucho tiempo trabajando en esta cuestión y, al final, parecía que empezaba a dar sus frutos.
¡Qué paradoja! Al darme cuenta de que he conseguido, mejor dicho, estoy consiguiendo empezar a desapegarme de lo que no está en mi vida en este momento siento, a la par de un gran alivio un sentimiento de pérdida….
Y soy consciente que, por supuesto, es generado por mi “Poco-yo”, como diría el maestro Fidel Delgado, esa vocecita interior que culpabiliza, juzga y no te deja ser feliz si no tienes una preocupación o una expectativa…
Voy a seguir manteniendo mi paz interior y continuar los pasos de lo que me origina bienestar y dejar que esa voz interna cada vez se apague más, hasta que deje de oírla.
Y tú ¿tienes un “Poco-yo” poderoso o chiquitito?
