Mis conversaciones conmigo 84. Navidad I

Ya empiezan las luces de colores en todas las calles y los escaparates se adornan e iluminan con motivos navideños...
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Ya empiezan las luces de colores en todas las calles y los escaparates se adornan e iluminan con motivos navideños.

Ya está aquí y todo se engalana para recibirla.

La calle está llena de gente, los semblantes infantiles se confunden entre ilusión y admiración.

Comienzan las reuniones para despedir el año: las cenas de compañeros, de amigos, de familiares. En ellas, aunque a veces salen trapos sucios, muchas otras son reencuentros especiales.

A mí me apasiona la Navidad, me recuerda cuando era niña, a la inocencia, la esperanza de estrenar vestido y zapatos, a sonreír y a estar alegre sin motivo aparente.

Me encanta este estado y me gustaría mantenerlo todo el año. Una actitud de confianza, fe, compromiso… en la que parece que estar feliz es la opción habitual.

Sé que hay muchas personas que no comparten esto, posiblemente porque hay falta de seres queridos, circunstancias desagradables por diferentes motivos que se entremezclan con un sentimiento de añoranza y tristeza.

Yo tuve la suerte de que mis padres, a pesar de los malos tiempos… incluso en estos más, nos enseñaron a que no tiene que ver una cosa con la otra. Nos mostraron que se puede echar inmensamente de menos a alguien ausente por las circunstancias que sean y, al mismo tiempo, brillar para los que sí están a tu alrededor, siendo plenamente consciente del momento que te está tocando vivir.

Y tú ¿te animas estas navidades a brillar?

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