Ayer cuando abrí la nevera para coger un yogur me di cuenta de que estaba caducado. Enseguida me vino a la mente que cuando un producto alimentario está caducado no se debe ingerir porque puede ser peligroso para la salud.
Esto lo uní a una frase que dijo un gran maestro, Fidel Delgado, en un retiro que estuve hace poco. Comentaba que las sensaciones, las emociones, los sentimientos… que hemos vivido y que no suceden en este momento, están caducadas.
Traerlas al presente solo implica que nos pueden hacer sentir mal porque revives esa emoción, ese estrés, esa ansiedad, ese pensamiento recurrente prescrito y al traerlo al consciente vuelven a hacer daño al corazón y, desde ahí, sus consecuencias las viviremos en nuestro cuerpo, en nuestra mente y en nuestra alma.
Ser consciente de la cantidad de veces que traemos pensamientos clausurados, que aparecen con emociones expiradas y se convierten en sentimientos obsoletos, nos ayudará a dejar de hacerlos presentes en nuestra vida, pues sólo nosotros podemos decidir tomar productos frescos del día…
Y tú ¿prefieres los productos frescos o los caducados?