Hace unos días acompañe a mi hija y a mi nieta en los primeros días de la guardería de Ari.
Íbamos las tres con un nudo en el estómago pues nos costaba desapegarnos.
La pequeña entró tranquila y al poco tiempo volvimos a por ella. La profe nos dijo que había estado llorando y llamando a su madre. Nosotras tampoco lo habíamos pasado bien. Permanecíamos muy atentas a su reacción. Las tres estábamos saliendo de nuestra zona de confort, de estar juntas, tranquilas y sentirnos protegidas.
Y recordé el primer día de guardería de mi hija que se quedó muy tranquila y cuando la recogí estaba feliz… pero el día siguiente cuando la empecé a vestir y le dije que nos íbamos al cole me dijo: “No mamá, que ya fui ayer”.
Y también recordé el primer día la guardería de mi hijo mayor que se me aferraba con sus manitas al cuello y me decía: “no me dejes mami, no me dejes”. Uno de los momentos amargos de mi vida…
Mi hijo pequeño entró a los 5 en el cole donde yo trabajaba y su profe era amiga mía. Lo llevó bastante bien sabiendo que sus hermanos y yo nos quedábamos en el mismo lugar.
Y recuerdo, como si fuera hoy, el día que mis padres me dejaron por primera vez con cinco años. Me sujetó la monja mientras lloraba desconsoladamente, sintiéndome abandonada por ellos…
Curiosamente, y a pesar de todo, no he salido del colegio pues cuando terminé la universidad empecé mi trabajo hasta el día de hoy, dedicada a acompañar a cualquier chaval que tuviese dificultades en su aprendizaje.
Aprender a soltar y a confiar sigue siendo, para mí, una asignatura complicada de aprobar. Aunque voy consiguiéndolo en más ocasiones.
Aprendemos constantemente a capear situaciones… Al principio es difícil, sin embargo, poco a poco nos damos cuenta de que nos vamos acostumbrando a la nueva circunstancia y, al final, incluso nos gusta.
Realmente el objetivo es bueno. Ari aprenderá a resolver otros escenarios y a relacionarse con nuevas personas… en fin, adentrarse un paso más en la vida.
El soltar y confiar nos enseña a ser independientes y a saber lidiar cada una de las experiencias que nos toca vivir, sintiéndonos cada vez con más seguridad en lo que decidimos.
Y tú… ¿te acuerdas de tu primer día de cole?