Mis conversaciones conmigo 80. Pensamientos en bucle

Cuando nos obsesionamos con alguien o con algo, no pensamos claramente. Damos vueltas y vueltas sobre el tema y esto provoca que sea muy complicado tomar distancia de la situación para abordarla desde otro ángulo y poder sacar conclusiones diferentes.
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Cuando nos obsesionamos con alguien o con algo, no pensamos claramente. Damos vueltas y vueltas sobre el núcleo, o la periferia, del tema en cuestión y es complicado ver la situación con distancia, o desde otro ángulo, para sacar conclusiones diferentes.

Entonces seguimos insistiendo en repetir una y otra vez lo que recordamos de lo ocurrido, sin darnos cuenta de que, cada vez que lo pensamos o lo comentamos, añadimos emociones a lo sucedido, como si claváramos más profundo el problema.

De esta forma ampliamos el sufrimiento en vez de desdramatizar, salir del bucle espeso o ver otro horizonte diferente que nos ayude a vislumbrar la cantidad de posibilidades que existen para encontrar soluciones…

Y tú, ¿tienes muchos pensamientos en bucle?

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