No suelo comprar revistas, las echo un vistazo cuando estoy esperando mi turno en algún lugar. Hoy ha sido uno de esos días y leí un artículo que se titulaba: “cómo renovarse y estar más joven por fuera…” y me di cuenta de que, habitualmente, nos preocupamos más del exterior que del interior.
Todas las mañanas nos duchamos, lavamos los dientes, nos peinamos y arreglamos… y hacemos lo mismo también con las cosas de la casa; la limpiamos, recogemos, planchamos, hacemos la comida…
Sin embargo, a menudo se nos olvida hacer “limpieza” del interior. Lo cual puede resultar muy complicado, pues ni siquiera solemos ser conscientes de cómo respiramos, de lo que miramos, de lo que escuchamos, de lo que tocamos, de lo que pensamos, de lo que decimos… (de estas dos últimas, sobre todo) y de cómo todo ello afecta tanto a nuestro estado físico como emocional.
Si cada día consiguiéramos poner el foco en nuestro interior, aunque fuera por un ratito pequeño, para ver si necesitamos hacer alguna “limpieza”, seguro que lo exterior mejoraría o, al menos, nos brindaría una perspectiva diferente.
Y tú ¿quieres hacer limpieza general antes del nuevo año?
