El otro día al final de una formación que estaba impartiendo sobre mindfulness, una de las personas que estaban en la sala lanzó una pregunta muy interesante: «Me paso el día en lo que tengo que hacer o lo que me ha pasado… Y dices tú que eso es una de las formas por las que se agudiza el estrés, el no estar presente… y digo yo, ¡pues vaya! cómo lo estoy haciendo de mal ¿no?, ¿Qué me recomiendas que haga para no estar constantemente de aquí para allá?»
Fui consciente de que varias personas cercanas a ella asentían con la cabeza y alguna comentó: ¡oh, Dios mío! y ahora… ¿qué puedo hacer?
Me sentí identificada con ellas y lo primero que les dije es que a mí también me ocurría. Muchas veces, comenté, estoy pensando en el futuro o estoy recordando algo del pasado y cuando me doy cuenta lo único que hago es volver al presente, sin culparme, sin sentirme mal pues simplemente me doy cuenta de que es esa otra parte de mí la que me quiere distraer…
A veces me exaspera, aunque la mayoría de ellas lo tomo como un juego, como quien está con un niño travieso que siempre le está retando.
Cuando ocurre esto lo mejor es, simplemente, no hacer un mayor problema de esta historia y ser consciente de que está genial darse cuenta y volver al ahora, a lo que estés haciendo en ese instante… En general, me ayuda el hacer dos o tres respiraciones profundas sintiendo mi cuerpo al respirar.
Cuando se está iniciando un hábito hay muchos momentos que volvemos a hacer lo que estamos acostumbrados, ya sea cavilar en ese problema del pasado, creyendo que así lo solucionamos, o a pensar en lo que tengo que hacer en esa situación tan complicada y ensayar mil veces la forma de comportarme…
De ninguna de las dos maneras se resuelve.
El problema del pasado quizá tenga una solución si ahora, en este momento, hago algo para evitar seguir sufriendo.
Y la situación que sea en el futuro ya llegará, pues la mayoría de las veces no ocurre como la pensamos, sino que dista mucho de ser como hemos imaginado.
Al final las dos asistentes decidieron reírse cada vez que se den cuenta de la aparición de ese otro yo travieso.
Ya lo dijo Confucio; «la vida es muy simple y nosotros somos los que insistimos en hacerla complicada»
Y tú, ¿también viajas del pasado al futuro sin centrarte en el presente?